Monday, March 26, 2007

EL USO DE LOS TIEMPOS VERBALES


Nada más poner los pies en el suelo se sorprendió utilizando el primer tiempo verbal del día. Pronto llegará la nieve. Futuro siempre futuro. Tiempo esperanzador por la continuidad que lleva intrínseca. Vuelve de una patada a un presente reflexivo: se viste, desayuna, hace la cama, condicionada por la hora de entrada al trabajo.
Si pudiera quedarse en casa se quedaría. La lluvia la devuelve al aquí, al ahora, al esto es lo que hay y se muere de frío yendo hacia el coche. Entra y gira al maximo las ruedas de la calefacción y la radio simultáneamente, estrellandose de bruces con una realidad tan triste que solo le permite nadar en un pasado lejano donde el ahora, ayer y mañana tienen un valor descontextualizado, donde los tiempos verbales no tienen ningún significado.
Vuelve atrás, atrás, a los días en los que la noción del tiempo no era ni siquiera un concepto, por qué la palabra concepto no formaba parte de su vocabulario.
Acaba enredada en la maraña subjuntiva de las cosas que pudieron ser posibles, deseables, o dudosas y arrastrada por un pretérito pluscuamperfecto es consciente de que le hubiera gustado detener el segundo en el que sentada con la cabeza apoyada en las manos daba cientos o incluso miles de vueltas con la cuchara a un plato frio de sopa, que parecia estar allí desde antes de que ella existiera, bajo la paciente mirada de su madre que silenciosa la veia perseguir los fideos através del reflejo que se proyectaba en el cristal de la ventana mostrandoles la escena de la que ambas formaban parte. A la vez que no podía dejar de pensar en que el surco que dejaba un avión en el cielo duraria infinitamente.
Moni-Capitula