Saturday, May 12, 2007

ATERCIOPELADA


Necesitaba sentarse en el asiento de al lado y observar. Estaban abiertas las cuatro ventanas del coche. Todo su trabajo de los últimos 15 días saltaba de la bandeja trasera del coche volando por sus cabezas, sincronizados con sus pensamientos, no queriendo depositarse en ninguna parte. Las curvas de la carretera le invitaron a recostarse sobre la puerta y a sacar la cabeza por la ventanilla. El viento le alborotaba el pelo llenando por completo sus pulmones. No pensar y tener bien abiertos los ojos, esas eran sus prioridades. Quería fijar la luz de ese momento en su retina y bailar aprovechando lo sinuoso del camino, sin esfuerzos, dejándose llevar cada vez más por la circunstancia y por la actitud que había adoptado frente a ellas. No pensar, no pensar. Sentir era su cometido.

Yummy, Yummy, Yummy de Julie London sonaba a medio volumen por los altavoces y las hojas de los árboles del camino parecían que se movían rítmicamente con los acordes de la canción al tiempo que descolgaba la cabeza hacia fuera y se acariciaba el cuello. Envuelta en un halo de sensualidad, conseguía ese éxtasis de relajación tan ansiado al comenzar el trayecto.

Un instante solo para ella.

El tejido de su camiseta se volvía más suave cada centímetro que avanzaban las ruedas. Había nacido para bailar esa canción en ese momento, solo por eso su vida ya merecía la pena. Se esparcía lánguidamente como el terciopelo, al tiempo que los ojos se le llenaban de lágrimas y comprendía el por qué de esa simbiosis. Las dos tenían el alma rota.

Moni - Camuflada



1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Gracias por transportarme a esos momentos, en los que sin duda la vida
y la música nos hace sentirnos vivos e identificdos con otras personas que al igual que tú, disfrutan de los pequeños momentos que nos da la vida... besos...

7:33 PM  

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