Monday, May 01, 2006

EL CAZADOR DE MARIPOSAS



No deja de sorprenderme con que facilidad puede una palabra cambiar un instante. Me pregunto ¿por qué nos empeñamos en hablar a veces? Fin de la magia, de nuevo vuelvo a sentirme traidora, a pensar como tal y a tener miedo, a perder completamente la naturalidad.
Necesito mariposas revoloteando a mí alrededor, mi último contacto con ellas fue tan triste que no he vuelto a ser la misma. Cientos de mariposas planeaban inmóviles sobre mi cabeza, rígidas, engañadas en un mundo acristalado, detenidas, donde si pudieran volar se estrellarían incesantemente contra un reflejo.
Según una leyenda India Americana, si una persona pide con vehemencia un deseo, para hacerse realidad, debe en un susurro, pedírselo a una mariposa. Puesto que la mariposa no puede hacer ningún sonido, no puede revelar el deseo a cualquier persona sino sólo al gran espíritu que oye y considera a todos. En gratitud de dar la libertad a la hermosa mariposa, el gran espíritu concede siempre el deseo.
¿Quien acristaló las mariposas, quien las dejó sordas para que no pudieran oír el único deseo que yo les pedía ?
Ahora me he convertido en un cazador de mariposas, con el único fin de susurrarles suavemente que borren aquel estúpido dia en el que suplicaba a cientos de mariposas suspendidas, paralizadas en todo su esplendor que todo aquello no estuviera pasando.
Monica Zadora

0 Comments:

Post a Comment

Subscribe to Post Comments [Atom]

<< Home